lunes, 9 de agosto de 2010

Bertolt Brecht (segunda parte)

El exilio de Brecht fue seguramente el tiempo más duro de su vida, a pesar de lo cual en este periodo escribe algunas de sus mayores obras y alcanza su plena madurez con sus cuatro grandes dramas escritos entre 1937 y 1944.
Encontrándose en una situación económica difícil, tuvo que viajar primeramente a Austria, luego a Suecia, donde vivió durante un año en una granja cerca de Estocolmo y, en abril de 1940, a Helsinki.
Durante esta época escribió su obra La vida de Galileo. Esta pieza teatral recrea muy libremente la biografía del científico, describiendo la auto-condenación del personaje para dar encima de su teoría heliocéntrica delante de la Inquisición. Brecht siempre se pronunció contra la autoridad, el estado y la sociedad con la justa crítica para no llegar a ser mártir de sus propias ideas. En Suecia escribió el poderoso alegato antibélico Madre Coraje y sus hijos, en una tentativa de demostrar que los pequeños empresarios codiciosos no vacilan en promover devastadoras guerras para ganar dinero. La vida de Galileo fue estrenada el 9 de septiembre de 1943 en el teatro de Zúrich.
El alma buena de Sichuan (1938-40) examina el dilema de cómo ser virtuoso y sobrevivir al mismo tiempo en un mundo capitalista.
En El círculo de tiza caucasiano narra la historia de una pugna por la posesión de un niño entre una madre de la alta sociedad que le abandona y una criada que se ocupa de él a la manera salomónica. El juez debe decidir cual es la verdadera madre.
En el verano de 1941, viajó desde Moscú en el expreso transiberiano a Vladivostok. Desde el este de la URSS se trasladó en barco a California, asentándose en Santa Mónica, cerca de Hollywood. Allí intentó escribir para la industria de Hollywood, pero sus guiones no fueron admitidos por las grandes productoras cinematográficas.
En Estados Unidos, organizó algunas representaciones teatrales, en la mayoría de los casos en escenarios de emigrantes, pero Brecht vuelve a ser perseguido por sus ideas políticas, y el 30 de octubre de 1947 es interrogado y acusado de actividades antiamericanas por el Comité de Actividades Anti Estadounidenses, que conducía el senador republicano Joseph McCarthy, por lo que tuvo que escapar al día siguiente otra vez a Suiza, sin esperar el estreno de su drama La vida de Galileo en Nueva York.
Suiza era el único país al que podía viajar, y allí pasó un año en el que escribió El Señor Puntila y su criado Matti, un drama popular sobre un granjero finlandés que oscila entre la sobriedad grosera y el buen humor borracho.
Bertolt tenía prohibida la entrada a Alemania Occidental (RFA), ya que las autoridades de ocupación de la postguerra (aliados) le negaban la entrada. Tres años después obtuvo la nacionalidad austriaca. Tras 15 años de exilio volvió a Alemania en 1948, instalándose en Berlín oriental.

A comienzos de 1949 se trasladó con un pasaporte checo a través de Praga a Berlín Este. Vivió en la «Casa de Brecht» en Weissensee, comenzó a trabajar en el Antígona de Sófocles, versión de Friedrich Hölderlin, y en otra obra importante, el Pequeño Organum para el teatro, siendo director general del Deutsches Theater. En otoño fundó junto con Helene Weigel el Berliner Ensemble.
A continuación trabajó de una manera muy comprometida para el teatro. Son años de escenificaciones y publicaciones espectaculares en los que llegaría a hacerse famoso y en los que tuvo algunas actuaciones por invitación en capitales europeas, lo que causó tensiones con la dirección del SED (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands: Partido Socialista Unificado de Alemania) así como con representantes de la burocracia cultural y de la vida del teatro. Diversas obras fueron rechazadas, como por ejemplo Santa Juana de los Mataderos y la película Kuhle Wampe.
En 1955 Brecht recibió el premio Stalin de la paz. Al año siguiente, el 14 de agosto, contrajo una inflamación del pulmón y murió de una trombosis coronaria en Berlín del este.
En virtud del quincuagésimo aniversario de su muerte, el diario alemán de Berlín, Tagesspiegel publicó las grabaciones completas de un discurso dado el 1 de septiembre de 1956 por Erik Mielke en virtud de su asunción como Director de la Stasi (policía secreta de la RDA). En él Mielke admitía que Brecht «quería hacer una denuncia contra un dirigente de la Staatssicherheit», y luego de una pausa, cargada de significado, agregó: «Y después Brecht se murió de un infarto». De este modo la hipótesis abonada es que Brecht recibió un «tratamiento mortal deliberado» a la afección coronaria que arrastraba desde hacía años.[2]
Su estilo y su lenguaje continúan ejerciendo influencia hasta hoy día en el teatro moderno.

Todas las obras de Brecht están absolutamente ligadas a razones políticas e históricas y tienen un sobresaliente desarrollo estético. En realidad, en Brecht se encuentran siempre unidos el fondo y la forma, la estética y los ideales.
Desde sus comienzos se caracterizó por una radical oposición a la forma de vida y a la visión del mundo de la burguesía y, naturalmente al teatro burgués, sosteniendo que sólo estaba destinado a entretener al espectador sin ejercer sobre él la menor influencia. Brecht, desarrolló una nueva forma de teatro que se prestaba a representar la realidad de los tiempos modernos, y se encargó de llevar a escena todas las fuerzas que condicionan la vida humana.
Además de conmover los sentimientos, obligaba al público a pensar; en las representaciones teatrales nada se daba por sentado y obligaba al espectador a sacar sus propias conclusiones. Hasta el fin de su vida sostuvo la tesis de que el teatro podía contribuir a modificar el mundo.
Para ello fue creando una nueva idea del arte como comprensión total y activa de la historia: el Efecto de distanciamiento, la no contemplación lírica de las cosas y tampoco replegamiento sutil sobre la subjetividad, sino elecciones humanas y morales, verificación de los valores tradicionales y elaboración de una nueva presencia de la poesía en la sociedad.
Su llamado teatro épico, narrativo, continua apuntando en las escenificaciones de hoy a provocar la conciencia crítica de espectadores y actores. Hay que desmenuzar el texto, no sentirlo, examinarlo desde lejos, tomar distancia del propio yo. Nada de sentimentalismos que provoquen lágrimas en el escenario.
Brecht hizo gala de antisentimentalismo, así como de su condolencia para los pobres y su sufrimiento, al tiempo que atacaba la falsa respetabilidad de los burgueses.
El famoso efecto de distanciamiento creado por Brecht es un arma contra el romanticismo y el sentimentalismo. La crítica social, la compasión con los seres humanos y el consiguiente cambio de la sociedad debían desempeñar el papel esencial. Así, las canciones interrumpen los parlamentos, el telón priva al escenario de la magia teatral, y un cartel plantea la exigencia.
Los actores de Brecht son sus alumnos: los deja actuar en el escenario y de ese modo edifican la pieza, mientras que el director la destruye. La genialidad y la ingenuidad mantienen un equilibrio. Esta combinación es el secreto del éxito de Brecht.
Brecht figura entre los autores más importante del siglo XX. Es el prototipo de intelectual revolucionario que ha tratado descifrar la realidad a través del arte.
Lo cierto es que su obra teatral y sus numerosos escritos teóricos han ejercido enorme influencia sobre los escritores contemporáneos a él.

Una de sus obras >> GALILEO

Bertold Brecht - GALILEO GALILEI (Obra de Teatro)

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Acerca de este Espacio (Escena)

Este espacio surge junto a mi proceso de reconexión con el teatro. Inicié mi realción con el Teatro cuando tenía 15 años, en la escuela secundaria con Aldo Pricco como profesor. Luego nunca dejé de estar vinculada al Teatro, de una u otra manera. Pasé por varios Talleres de Teatro hasta que me decidí a estudiar la Carrera de Atuación en La escuela Provincial de Teatro (en ese momento no tenía nombre, pero ahora es la Ambrosio Morante. Allí conocí al Maestro Norberto Campos y formé un tiempo parte del grupo de "Los Ambulantes". Al recibirme trabajé en dos proyectos muy importantes para mi y muy diferentes entre si: "Vittorino Pacheco, en donde el camino siguó para otro lado", dirigida por Gustavo DiPinto ( también la interpreté junto a Rodolfo Pacheco) y "Breve Historia de la Sangre, escenas religiosas", dirigida por Gustavo Guirado. Estuve un tiempo tomando luego clases con Ricardo Bartís y fue por esa época que la crisis en lo teatral me sorprendió. Siempre vuelvo, porque los momentos en los que más he sido yo, han sido siendo otras en un escenario. Así que trataré de correr más rápido que la crisis ... si bien tengo más años, creo que puedo correr más rápido en esta oportunidad.

El Teatro y yo ... a partir del 2010

Mi acercamiento a las cosas necesariamente tiene que ser desde lo intelectual, ayudada por las instituciones, que si bien en otros ámbitos no han podido conmigo (o yo no he podido con ellas), en lo referido al teatro, me han mostrado situaciones y personas que no esperaba encontrar (fue realmente una grata sorpresa) Este año he retomado estudios en relación a lo teatral, estoy realizando las materias pedagógicas vincualdas a la enseñanaza del Teatro en la Escuela de Teatro de Rosario (la ex- nacional) en el marco de la Carrera de Pedagogía Teatral y he iniciado una Maestría en eduación Artística en la Facultad de Humanidades y Arte de Rosario. En realidad lo que más me gusta es ACTUAR, pero necesito este período de aprestamiento cerebral para poder reconectarme un poco conmigo y desde ahí con el teatro. Ya tengo proyectos en mente junto a amigos actores que he conocido a lo largo de la vida teatral... pero aún están en gestación... ya contaré más al respecto.

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